la procesión de las antorchas
La noche del sábado es el momento mágico del fuego.
Al ritmo de tambores y chirimías cientos de personas recorren con antorchas las oscuras y serpenteantes calles del Rabal en dirección al castillo de la Atalaya. Un momento mágico, en el que una interminable lengua de fuego y música asciende por la ladera del castillo.
Puedes elegir entre sumergirte con tu antorcha en este baño de fuego, o bien, apostarte en las inmediaciones del castillo para disfrutar del espectáculo.
Al finalizar la procesión de las antorchas, el público se reúne en el Mirador de la Villa para disfrutar de los fuegos artificiales que nacen en la torre de la iglesia de Santa María y llenan de colores el cielo de casco antiguo de la ciudad.
Y, una vez finalizados los fuegos, comienza, en el mismo Mirador, el principal concierto del Medievo, en el que todo el mundo baila para celebrar la noche grande de estas fiestas.
Consulta en el programa dónde adquirir tu antorcha.